Trastornos psicológicos más comunes en la adolescencia
La adolescencia es una época llena de cambios, de adaptación, de asumir nuevas responsabilidades, nuevos retos. Y todo ello puede generar mucha incertidumbre, malestar e incluso derivar en alteraciones mentales o trastornos psicológicos.
Si tenemos hijos o familiares cercanos que están pasando por esta etapa es importante prestar atención a su conducta, a cómo se encuentran, cómo se sienten, cómo se comportan. Así, ante el menor atisbo de problema y para evitar que vaya a más, pedir ayuda a un profesional.
Y es que resulta fundamental que las necesidades de los adolescentes estén atendidas a su debido tiempo para que se les preste la atención psicológica y psiquiátrica correspondientes. Muchas veces, los padres y madres no saben cómo prevenir, cómo detectar y cómo tratar trastornos relacionados con la salud mental en los adolescentes.
Asegurarse de que tengan un buen estado de salud mental es fundamental para cualquier madre o padre. Por ello, vamos hablar de los problemas psicológicos más comunes en esta etapa de la vida.
Principales trastornos
Ansiedad generalizada. La persona que lo sufre siente malestar o angustia ante situaciones en las que realmente no hay ningún peligro. Aun así, quien lo padece lo percibe como tal. Entre los síntomas fisiológicos que genera figuran temblores, taquicardia o insomnio. Los síntomas cognitivos generan pensamientos catastróficos, creencia de que hay peligros…
En muchos casos, este tipo de trastorno puede estar vinculado con el hecho de ir al colegio o instituto, realizar exámenes, hacer presentaciones en público, e incluso sufrir acoso escolar.
Fobia social. El hecho de relacionarse con gente nueva, abrirse a un nuevo círculo de amigos e incluso interactuar con otras personas puede suponer un problema en muchos adolescentes. En la mayoría de los casos, quien sufre este trastorno suelen tener baja autoestima y pueden haber sufrido algún tipo de trauma que lleva a crear barreras con el resto de la sociedad.
Trastorno de la conducta. Se caracteriza porque quienes lo sufren suelen tener una conducta agresiva y tienden a saltarse las normas.
Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Este trastorno suele diagnosticarse durante la infancia, pero hay ocasiones en las que los síntomas permanecen hasta la adolescencia. Aquéllos que lo sufren tienen dificultades para llevar un rendimiento adecuado en el colegio. También puede conducir a aumentar las probabilidades de desarrollar adicciones. Este trastorno también está asociado a la impulsividad y la agitación psicofisiológica.
Trastornos de la conducta alimentaria. Aunque puede surgir en cualquier momento, este tipo de trastornos está asociado especialmente a la etapa de la adolescencia. Es en ese momento cuando los adolescentes sienten la necesidad de ser aceptados por los demás y cuando la preocupación por la imagen física se intensifica. Si ésta no encaja en los “cánones establecidos” puede desembocar en problemas de anorexia, bulimia, vigorexia…
Todo esto, y contado a grandes rasgos, nos puede dar una idea de los posibles trastornos a los que se pueden enfrentar los adolescentes para detectarlos a tiempo y poder pedir ayuda a un profesional de la psicología lo antes posible.
Learn MoreRestringir los juegos online y el uso de videoconsolas…¿es la solución a la adicción?
Adicción en los juegos online y su uso
Los juegos online y las plataformas de juego cada vez son más atractivos y eficaces en conseguir que los pequeños y no tan pequeños pasen horas pegados a las pantallas. No es raro entonces que cada vez se hable más de adicción a los juegos online.
Hace poco nos encontramos con la noticia de que el gobierno chino ha establecido recientemente una política para limitar el uso de juegos online a menores de 18 años a 3 horas a la semana. Esta noticia que evidentemente no ha gustado ni a las grades empresas de juegos ni a sus consumidores, ha abierto la brecha para plantearnos si debería estar reguladas las horas de juegos en los más pequeños o por lo menos ver si debería estar regularizado de alguna manera el uso de los mismos.
Con una facturación en 2020 en torno a los 190.000 millones de euros y creciendo, debido a la pandemia, el aumento en el número de móviles, la facilidad en la adquisición tanto de juegos como de dispositivos junto con la gratuidad de los juegos en un principio. Ha conseguido que actualmente existan en torno a mil millones de jugadores online en todo el mundo.
Sus principales fuentes de ingreso económicos son la publicidad y el acceso a servicios de juegos Premium.
¿Por qué son tan adictivos los juegos?
Como ya comentamos anteriormente es un conjunto de factores.
- Un uso de fácil acceso.
- Socialización con otros jugadores de cualquier parte del mundo.
- Poder escapar de la realidad de nuestro mundo.
- Crear unas fuertes emociones en los jugadores.
- Facilidad en alcanzar metas y retos.
Estos factores pueden hacer que los juegos sean un riesgo en comparación con otras actividades, lo que aumenta las probabilidades de que alguien con riesgo de adicción pueda caer en ellos.
Truco psicológicos para seguir jugando
En las dos ultimas décadas se ha cambiado la forma de ofrecer incentivos a los jugadores, cuando antiguamente se podían ofrecer como productos en un supermercado actualmente se utiliza la técnica de extraer de forma continua el dinero en forma de ventajas en su juego.
Es decir, en el juego se presenta un recorrido largo y monótono con tareas difíciles para el jugador antes de ofrecerle los atajos que generalmente se pagan, ya sea con monedas adquiridas por la realización de tareas en el juego o por dinero real.
El jugar con muchos de los amigos nos permite ver que se han comprado algún artículo o logrado algún objetivo que nos puede dar envidia o jugar con la sensación de que nos estamos perdiendo algo y por tanto incitarnos a tener lo mismo.
Cultura de ‘pagar para ganar’
Muchas plataformas tienen elementos de juego integrados en sus sistemas, por lo que la adicción a los juegos online también puede tener graves consecuencias económicas. Los ejemplos incluyen monedas en el juego que se pueden intercambiar con dinero real, lo que permite micro transacciones a cambio de “ventajas de juego”, lo que conduce a una cultura de “pagar para ganar”, donde los jugadores pueden avanzar en su progreso y agregar personalización de personajes con dinero.
Cada vez es más común regalar por los cumpleaños tarjetas de dinero para juegos lo que permite a los jugadores comprarse mejoras, herramientas, accesorios que harán más fácil su juego.
No siempre jugar es adictivo
Para la mayoría de los niños y adolescentes jugar a juegos online o de plataformas no deja de ser un entretenimiento divertido, agradable y sobretodo social. Pero en ocasiones pasar de convertirse en algo divertido a jugar demasiado tiempo y que existan unos resultados negativos de desarrollo y pueda convertirse en una adicción es una realidad cada vez más evidente.
Según una serie de estudios realizados sobre la adicción al juego se estimo que en torno al 90% de los jugadores no juegan de manera que les cause consecuencias negativas a largo plazo, sin embargo un 10% significativo si puede volverse en una adicción dañina con sus consecuencias en su salud mental, social y conductuales.
Este 10% mostro niveles mas altos de depresión, agresión, ansiedad y timidez. Partiendo de grupos que eran los mismo en todas las variables al iniciar los estudios.
Consejos para reducir las horas de juego
A continuación os ofrecemos algunos consejos para reducir la dependencia en el mundo de los videojuegos.
Hablar con nuestro hijo para exponerles los videojuegos con la perspectiva adecuada. Explicándoles que se trata de un pasatiempo y entretenimiento que no tiene nada que ver con la vida real.
Fijar un tiempo de juego razonable. Puede ir desde una hora al día y 2 o 3 los fines de semana.
Establecer unos límites de juego y unos momentos oportunos. Es decir, cuando pueden jugar. Después de hacer sus tareas del colegio, domesticas y todas sus obligaciones. Siempre teniendo en cuenta que hay que jugar en horas de ocio.
Ser estrictos en las reglas que hemos establecido. Saltarse los horarios, tiempo deben tener consecuencias. Puede ser que en un principio cueste mas adquirir el habito, pero si nos mantenemos firmes poco a poco estos se irán instaurando.
Controlar el tiempo de juego. Los juegos son realmente atractivos lo que puede hacer que los jugadores en ocasiones pierdan la noción del tiempo jugando. Podemos ir avisándoles del tiempo que les queda de juego para que ellos vayan asumiendo que la partida en breve va a terminar, dándoles la posibilidad de guardar partida, despedirse de sus compañeros de juegos. Evitar una desconexión brusca del juego. Para ello nos aseguraremos anteriormente que nuestro hijo sepa cerrar y guardar una partida.
Jugar con ellos. Seguramente se lleven una sorpresa cuando les propongamos si podemos jugar una partida con ellos. Nuestro comportamiento y conducta puede servir de ejemplo a nuestros hijos a la vez que les haremos sentir importante ofreciéndoles la oportunidad de poder ser ellos quienes nos enseñen como funciona el juego.
Guardar la consola u ordenador. Es conveniente guardar la consola en un sitio donde tengamos el control sobre ella, para asegurarnos de controlar las horas de juego reales.
Ofrezca alternativas a su hijo. Practicar deporte, andar, bicicleta, rutas en familia o si lo prefieren otras alternativas con menos actividad física como leer, aprender a tocar un instrumento o progarmar salidas con los amigos al cine o algún sitio de ocio.
Contar con los amigos. Puede pedir ayuda a otros padres en situaciones similares para propiciar salidas entre amigos de esta manera le ayudará a distraerse de los juegos y aprender a disfrutar de otras actividades divertidas.
En casos extremos consulte con un psicólogo o terapeuta especializado que les dará las claves y el tratamiento adecuado en cada caso. Siempre teniendo en cuenta que lo mejor es una intervención temprana y decisiva.
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