Los beneficios psicológicos de viajar solo
Es algo que todo el mundo debería experimentar alguna vez en la vida.
Hablamos de viajar solo.
Antes de continuar, queremos romper el mito de que se viaja solo por no tener amigos o no tener con quien ir. Esto es falso, ya que mucha gente decide viajar sola como una experiencia más.
Y cada vez son más las personas que se animan a ello. La mayoría coinciden en lo mismo: es una experiencia maravillosa. Hay quienes incluso lo califican de experiencia transformadora.
Llevada al campo de la psicología, los psicólogos hemos comprobado que viajar sin compañía tiene múltiples beneficios para la salud mental.
Las primeras veces que se opta por este tipo de turismo pueden surgir ciertos miedos e inseguridades, pero una vez te lanzas, consigues aumentar la confianza y la seguridad en ti mismo.
Emprender este tipo de viaje también te permite ser más consciente de tus propias fortalezas, a la vez que supone una oportunidad para crecer como persona y sentirse realizado.
Otro punto positivo es que, al no tener compañía, no surgen conflictos, ya que no hay que estar pendiente de las preferencias y opiniones de nadie. El ritmo, los horarios y los lugares que visitar los escoges tú.
También es una magnífica ocasión para conocer e interactuar con otras personas. Y al mismo tiempo desconectar de forma inmediata de la rutina. Al no estar pendiente de los otros, del trabajo ni de los quehaceres diarios, la ruptura con tu día a día es total.
Viajar solo te ayuda a abrir la mente, aumenta tu capacidad de aprendizaje y te ayuda a ver el mundo con otra perspectiva.
Te invita a la reflexión, a encontrarte contigo mismo. Te muestra dónde están tus límites y cómo superarlos. Te proporciona mayor control sobre tu vida.
Además, te permite ser más autosuficiente, comprobar que eres capaz de sobrevivir sin la ayuda emocional y física de los demás.
Y a través de esta experiencia es muy probable que te vuelvan más independiente y esto es siempre positivo.
Learn More“Hay que educar a los hijos para que sean independientes y empoderados”
“En esta vida debemos criar a los hijos que hemos tenido, no a los que desearíamos haber tenido”.
Esta es una frase que tengo muy presente como madre y como psicóloga.
Considero que hay que educar a los hijos para que sean independientes, empoderados, para que tengan capacidad de decisión.
Y a los padres, no les queda más opción que aceptar esas decisiones que tomarán sus hijos a lo largo de su vida. Les gustarán más o menos, pero podrán tener la conciencia tranquila de que han plantado la semilla en su educación para que, en esa capacidad de decisión, escojan la mejor opción.
Fomentar la autonomía y evitar la sobreprotección
Todo padre tiene el deseo de que a sus hijos no les falte nada, y en eso se puede cometer el error de sobreproteger. Debemos fomentar su autonomía desde pequeños, ayudarles a ser independientes para que crezcan siendo personas seguras de sí mismas. Y ese es un trabajo que hay que hacer desde el núcleo familiar, en casa.
Por eso quiero abordar algunas pautas que pueden servir a los padres a ayudar a que sus hijos sean independientes y ganen seguridad y confianza en sí mismos:
Asigna responsabilidades: trabaja su autonomía y crea rutinas simples y fáciles para ellos, como recoger la mesa, hacer deberes o lavarse los dientes. Así, aprenderán y asumirán que ellos también tienen tareas y que los padres no pueden hacer todo por ellos.
Alimenta su autoconfianza, haciéndoles saber que son especiales e inteligentes, que poseen talento y que, con esfuerzo, pueden lograr todo lo que se propongan. Hay que evitar permitirles todo y aplaudirles por cada cosa que hagan, ya que de ser así podrían acabar siendo personas egocéntricas.
Motívalos a explorar: los niños pequeños tienen muchas ganas de descubrir el mundo y esto no debe de ser cohibido. Debemos dejarlos que exploren y experimenten, vigilando su seguridad en todo momento, eso sí, y estableciendo límites para que no puedan hacerse daño, pero alentándoles a explorar el mundo más allá de la protección que les brindamos. Esto ayudará a los niños a ser más autónomos.
Establece límites: para que lleguen a ser personas autosuficientes es fundamental un mínimo de disciplina. No se puede tolerar cualquier conducta y lo ideal es mantener un equilibrio entre flexibilidad y firmeza. Así crecerán como seres seguros, alegres y responsables.
Conversar y mantener una comunicación fluida con los niños ayuda a fomentar su autonomía. Hay que mostrarles que su opinión es interesante y válida.
Fomenta su toma de decisiones como base del pensamiento crítico. Ayudarle o permitirle que tome pequeñas decisiones le permitirá entender las consecuencias de sus actos y aprender, siempre que no suponga ningún riesgo para su seguridad. Habrá en ocasiones en los que habrá que imponer límites, pero siempre bajo una explicación para que puedan entenderlo.
Debemos hacerles sentir que su opinión es valiosa para nosotros y su entorno en general. Cuando debamos asignarle las distintas responsabilidades, hagámoslo a través de una conversación respetuosa y cálida. Expongamos con claridad los motivos de las decisiones que tomamos y preguntemos su opinión.
Learn More