¿Nada te hace feliz? Sabemos lo que te pasa y tiene solución
¿Sientes que nada te hace feliz o que no disfrutas con nada?
Si es así quizás te interese saber que eso tiene nombre: anhedonia.
La RAE lo define como: Incapacidad para sentir placer.
Yo añadiría también que es la dificultad que tiene una persona para sentirse bien con las cosas que le gustan o le emocionan.
No está considerado en sí mismo como un trastorno, sino que es un síntoma que se presenta en algunos trastornos emocionales y psiquiátricos, como puede ser: la depresión, la demencia, la anorexia, la esquizofrenia o las adicciones.
También puede deberse a un efecto secundario de algunos medicamentos.
Las personas con anhedonia pierden el interés por las actividades que solían hacerles felices, se aíslan socialmente.
Causas
Desde el punto de vista fisiológico, una de las principales causas de la aparición de la anhedonia se debe a una alteración cerebral que impide la producción y liberación de dopamina.
La dopamina es una sustancia química que se encuentra en el cerebro y que tiene como acción principal generar sensaciones de placer.
En situaciones depresivas o de un gran estrés o ansiedad, el cerebro se bloquea y es incapaz de generar esta sustancia.
Así, no podríamos decir que existe una sola causa, sino que existen multitud de factores que lo puedan desembocar. Aunque bien es cierto que la depresión, la esquizofrenia y las drogas son las principales causantes de la anhedonia, sobre todo cuando esta es generalizada y afecta a todas las actividades de nuestra vida.
Síntomas
Para identificar esta afección es necesario conocer sus síntomas. Algunos de ellos son:
- Desmotivación o pérdida de interés por las actividades del día a día, así como por cosas que antes sí interesaban o emocionaban a la persona.
- Cansancio y falta de energía.
- Baja autoestima por no ser capaz de actuar como antes lo hacía.
- Dificultad para pensar, concentrarse y decidir.
- Aislamiento social.
- Cambios en la conducta alimentaria.
- Pérdida de la libido o la falta de interés en la intimidad física.
- Alteraciones del sueño.
Tratamiento
Para aquellos que crean que pueden sufrir anhedonia lo más recomendable es ponerse en manos de un profesional de la psicología que realice una evaluación psicodiagnóstica y así poder conocer las causas de su origen.
Ese origen puede deberse a un tipo de trastorno de base o a causas exógenas, como puede ser un problema laboral, familiar, sentimental, etc., y en función del mismo, el profesional tratamiento abordará el tratamiento más adecuado.
Learn MoreAdicciones y salud mental
Ansiedad, depresión e incluso esquizofrenia. Éstos son algunos de los trastornos que sufren las personas adictas a sustancias como el alcohol, las drogas, o a comportamientos como el juego.
La adicción es una enfermedad crónica y compleja que afecta al funcionamiento de nuestro cerebro y al comportamiento de una persona. Se caracteriza por la búsqueda compulsiva y el consumo de una sustancia o la realización de una actividad, a pesar de las consecuencias negativas que pueda acarrear.
Además, la persona que sufre o padece este tipo de adicciones no es el único perjudicado. Sus conductas suelen afectar también, y mucho, a su entorno familiar y social. Y son éstos, su entorno, quienes en muchas ocasiones tienen que animar a la persona que lo padece a acudir a consulta con un psicólogo para su tratamiento.
¿Cómo afectan psicológicamente las adicciones?
Las adicciones a sustancias como el alcohol y las drogas alteran la química cerebral y afectan negativamente el equilibrio emocional. En este caso, puede desencadenar en depresión o en ansiedad. Y para su recuperación, además de abstinencia, es necesario aprender a gestionar las emociones con la ayuda de un profesional.
Otra de las adicciones que está aumentando es la adicción a la tecnología, a videojuegos, al móvil. En este caso, quien lo sufre puede padecer ansiedad social, nerviosismo o dificultad para concentrarse.
El proceso de desintoxicación puede ser un desafío. Sin embargo, es un paso necesario en el camino hacia la recuperación. En este proceso no se trata solo de desintoxicar el cuerpo, sino también la mente.
El apoyo en la salud mental durante la desintoxicación es fundamental para garantizar la recuperación. Este apoyo puede incluir terapia cognitivo-conductual, recibir apoyo psicológico e incluso la participación activa en grupos de apoyo también ayuda en la recuperación.
La terapia individual ayuda a la persona a identificar y abordar los factores emocionales y psicológicos que contribuyeron a la adicción, así como a desarrollar habilidades de afrontamiento saludables.
Por su parte, la terapia grupal proporciona un espacio de apoyo y comprensión mutua, donde los individuos pueden compartir sus experiencias y aprender unos de otros.
La prevención, fundamental
Antes de finalizar este artículo diré que si hay algo fundamental en la gestión de las adiciones es la PREVENCIÓN.
Educar desde edades tempranas sobre los riesgos y las consecuencias que tienen los comportamientos adictivos es clave para reducir la incidencia de estos problemas en la sociedad.
Learn MoreSignos de alerta ante posibles trastornos mentales
La ansiedad y la depresión son dos de los problemas de salud mental más comunes.
Y a pesar de que su impacto puede llegar a ser muy negativo, no es fácil percibirlo en una persona que lo sufre, e incluso quien lo está padeciendo no termina de ser consciente hasta que el problema se agrava.
Por ello, quiero abordar las señales a las que hay que prestar atención para detectar este tipo de problemas en la salud de nuestros familiares o amigos.
Indicios de ansiedad
Cada persona convive con la ansiedad de una manera distinta y aunque algunas consiguen “dominarla” inicialmente, debemos saber reconocer los síntomas físicos y psíquicos que se manifiestan para poder poner solución antes de que se agrave
Algunos de los síntomas más comunes son:
- Molestias estomacales.
- Sensación de ahogo.
- Opresión y dolor en pecho y espalda.
- Taquicardias.
- Boca seca y pastosa.
- Sudoración.
- Tensión muscular.
- Hormigueo en el cuerpo y cara.
- Mareos.
- Preocupación excesiva.
- Pensamiento irracional.
- Estar en permanente anticipación.
- Tener pensamientos catastróficos.
- Alteraciones en el sueño o la alimentación.
- Falta de control en las reacciones o evitar las relaciones sociales.
Indicios de depresión
La depresión puede afectar a cualquier persona y en cualquier momento, pero se manifiesta de diferentes formas en función de la edad. Los síntomas más habituales que suelen experimentar las personas la padecen están relacionados con alteraciones de su estado de ánimo, de la motivación, psicofisiológicas y de sus funciones cognitivas.
Entre ellos encontramos:
- Tristeza y fácil irritabilidad.
- Bajo estado de ánimo.
- Pérdida de interés por las aficiones.
- Dificultad para concentrarse o tomar decisiones.
- Aplazamiento de las obligaciones.
- Insomnio o somnolencia con frecuencia.
- Sensación de culpabilidad.
- Cansancio.
- Cambios psicomotores, como sobreexcitación o enlentecimiento, que indica un empeoramiento de la depresión.
- Pensamientos de muerte o de suicidio.
Estos son solo un par de ejemplos de trastornos mentales de los muchos que existen, y algunos de los síntomas que puede detectar tanto la persona que lo padezca como quien esté a su alrededor. De este modo, podrá dar la voz de alarma para que un especialista pueda ayudar acabar con el problema.
Learn MoreSíndrome del Nido Vacío ¿Qué es y cómo superarlo?
En muchas familias, cuando los hijos se van de casa a estudiar o por motivos de trabajo, los padres experimentan un conjunto de emociones y sentimientos que en psicología llamamos el Síndrome del Nido Vacío.
Se trata de una respuesta emocional que tienen los progenitores ante la ausencia de sus hijos en el hogar.
De acuerdo a las características de la personalidad que posea cada persona, este síndrome se puede experimentar de una forma u otra. Lo más común es que los padres experimenten un sentimiento de tristeza, anhelo, pérdida y dolor al ver a sus hijos “volar”, al ver que han crecido y que ya no les necesitan.
En realidad, el Síndrome del Nido Vacío no deja de ser un duelo. Y como todo duelo tiene sus etapas que son: negación, ira, negociación, depresión y, finalmente, aceptación.
Su duración dependerá de ese proceso de duelo. Así, cuando más se aferren al pasado, al recuerdo del hijo que ha crecido y ha hecho su vida, más se tardará en superarlo.
Hay quienes lo sufren unas semanas, a otras les dura algunos meses y habrá quienes estén incluso años con este sentimiento. Una manera de ayudarse a uno mismo es abandonar la comodidad de los recuerdos vividos y centrarse en el presente.
¿Cómo superarlo?
Hay pequeñas cosas que se pueden hacer en el día a día para que así, quienes sufren este síndrome, lo lleven lo mejor posible. A continuación enumero algunas de ellas:
- Prepararse para la llegada de ese momento, tarde o temprano llegará el día en el que los hijos sean independientes.
- Alegrarse por ello, por haber logrado esa independencia.
- Reconocer la pena: es normal echarles de menos cuando se marchan.
- No perder el contacto a través de visitas, llamadas, mensajes. Aunque el hijo se vaya de casa el vínculo afectivo no debería perderse.
- Aprovechar para vivir nuevas experiencias, hacer cosas que antes, con el cuidado de la familia, no podías hacer por falta de tiempo.
- Impulsar la relación de pareja o buscar una nueva.
- Fomentar las amistades que se hayan podido quedar deterioradas por centrarse en el cuidado de los hijos.
Y en caso no ser capaz de llevar a cabo estas recomendaciones y de que ese sentimiento de tristeza se prolongue demasiado en el tiempo, no hay que dudar en pedir ayuda a un profesional para aprender a gestionar ese sentimiento, tratar aquellas cuestiones que te hacen sentirte mal y así poder vivir con mayor tranquilidad y equilibrio emocional.
Learn MoreAtiquifobia o miedo al fracaso
Es algo más común de lo que nos pensamos y la mayoría de las personas lo han sufrido en algún momento de su vida. Hablamos de atiquifobia, que no es más (ni menos) que el miedo a fracasar.
Suele ser habitual querer tener éxito y no fracasar. En este caso, el miedo puede ser positivo ya que nos ayuda a superarnos y a prevenir consecuencias negativas. Sin embargo, cuando este sentimiento se vuelve irracional y extremo, puede impedirnos llevar a cabo nuestros objetivos por el miedo a que no salga como esperamos.
Es entonces cuando se convierte en un problema. Dejamos de hacer cosas que solíamos hacer o evitamos exponernos a situaciones nuevas simplemente por el hecho de fracasar.
Orígenes de esta fobia
El origen de la atiquifobia puede venir a través de diferentes factores.
Hay quienes lo sufren motivado por traumas vividos en el pasado, en el que el fracaso ha estado muy presente.
También lo sufren personas con baja autoestima, que tienen una imagen negativa de sí mismas y que hace que piensen que no pueden o no se ven capaces de hacer determinadas cosas. Esto les lleva a evitar situaciones por miedo a fracasar.
Entre las personas perfeccionistas también suele ser común esta fobia, ya que su autoexigencia les lleva a tener pensamientos catastrofistas.
Del mismo modo, aquellos que tienen o han tenido padres exigentes y autoritarios han aprendido a ganarse su afecto a través de los buenos resultados y no pueden permitirse fallar. La autoexigencia empieza a ser una forma de vida y comienzan a tener miedo de fracasar por no complacer a sus padres. En este caso, los niños se ven obligados a tener éxito y por eso se muestran inseguros.
Quienes prefieren pasar desapercibidos, el éxito se convierte en un miedo horrible. Para estas personas, ser exitosas implica tener que salir de su zona de confort y realizar muchos cambios. Es por eso que evitarán implicarse en cualquier situación que pueda conllevar éxitos y lo acusarán al miedo al fracaso, aunque el miedo real es al propio éxito.
Por último, la sociedad actual tampoco favorece a quienes sufren esta fobia, ya que se fomenta la perfección y la autoexigencia en todo momento, y especialmente a través de las redes sociales. Por eso, hoy en día el miedo al fracaso es más común de lo que nos pensamos y afecta a muchas personas.
Cómo evitar el miedo al fracaso
Aunque pueda parecer complicado, para evitar el miedo al fracaso hemos de interiorizar una serie de aspectos:
- Hay que pensar que el hecho de que las cosas no salgan como esperamos no convierte a nadie en un fracasado y equivocarse una vez no significa que siempre nos vayamos a equivocar.
- Podríamos decir que el fracaso en sí no existe, existen las experiencias que pueden salir bien o de las que puedes extraer una lección. Lo importante es intentarlo y no quedarse con las ganas por miedo.
- El hecho de que haya ido mal en otras ocasiones no significa que vaya a volver a pasar lo mismo.
- No hay que anticiparse a las situaciones, hasta que no hacemos algo no sabremos sus consecuencias.
- Debemos evitar compararnos con los demás, ser conscientes de nuestras capacidades y ponernos metas que podamos cumplir.
Y en caso de que la situación se vaya de las manos, no dudar en pedir ayuda a un psicólogo que nos ayude a superarlo. Durante el proceso psicoterapéutico se puede descubrir el verdadero origen de la fobia para superarla.
¡Y no dejes pasar las oportunidades por miedo a fracasar!
Learn MoreTrastornos psicológicos más comunes en la adolescencia
La adolescencia es una época llena de cambios, de adaptación, de asumir nuevas responsabilidades, nuevos retos. Y todo ello puede generar mucha incertidumbre, malestar e incluso derivar en alteraciones mentales o trastornos psicológicos.
Si tenemos hijos o familiares cercanos que están pasando por esta etapa es importante prestar atención a su conducta, a cómo se encuentran, cómo se sienten, cómo se comportan. Así, ante el menor atisbo de problema y para evitar que vaya a más, pedir ayuda a un profesional.
Y es que resulta fundamental que las necesidades de los adolescentes estén atendidas a su debido tiempo para que se les preste la atención psicológica y psiquiátrica correspondientes. Muchas veces, los padres y madres no saben cómo prevenir, cómo detectar y cómo tratar trastornos relacionados con la salud mental en los adolescentes.
Asegurarse de que tengan un buen estado de salud mental es fundamental para cualquier madre o padre. Por ello, vamos hablar de los problemas psicológicos más comunes en esta etapa de la vida.
Principales trastornos
Ansiedad generalizada. La persona que lo sufre siente malestar o angustia ante situaciones en las que realmente no hay ningún peligro. Aun así, quien lo padece lo percibe como tal. Entre los síntomas fisiológicos que genera figuran temblores, taquicardia o insomnio. Los síntomas cognitivos generan pensamientos catastróficos, creencia de que hay peligros…
En muchos casos, este tipo de trastorno puede estar vinculado con el hecho de ir al colegio o instituto, realizar exámenes, hacer presentaciones en público, e incluso sufrir acoso escolar.
Fobia social. El hecho de relacionarse con gente nueva, abrirse a un nuevo círculo de amigos e incluso interactuar con otras personas puede suponer un problema en muchos adolescentes. En la mayoría de los casos, quien sufre este trastorno suelen tener baja autoestima y pueden haber sufrido algún tipo de trauma que lleva a crear barreras con el resto de la sociedad.
Trastorno de la conducta. Se caracteriza porque quienes lo sufren suelen tener una conducta agresiva y tienden a saltarse las normas.
Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Este trastorno suele diagnosticarse durante la infancia, pero hay ocasiones en las que los síntomas permanecen hasta la adolescencia. Aquéllos que lo sufren tienen dificultades para llevar un rendimiento adecuado en el colegio. También puede conducir a aumentar las probabilidades de desarrollar adicciones. Este trastorno también está asociado a la impulsividad y la agitación psicofisiológica.
Trastornos de la conducta alimentaria. Aunque puede surgir en cualquier momento, este tipo de trastornos está asociado especialmente a la etapa de la adolescencia. Es en ese momento cuando los adolescentes sienten la necesidad de ser aceptados por los demás y cuando la preocupación por la imagen física se intensifica. Si ésta no encaja en los “cánones establecidos” puede desembocar en problemas de anorexia, bulimia, vigorexia…
Todo esto, y contado a grandes rasgos, nos puede dar una idea de los posibles trastornos a los que se pueden enfrentar los adolescentes para detectarlos a tiempo y poder pedir ayuda a un profesional de la psicología lo antes posible.
Learn MoreLa depresión, enfermedad mental que afecta a 3 millones de españoles
Cada 13 de enero se celebra el Día Mundial de Lucha contra la Depresión y he querido aprovechar que hoy 13 de enero para hablar de este trastorno que afecta a tres millones de españoles. Esto la convierte en la enfermedad mental más relevante en nuestro país.
A nivel mundial afecta a más de 300 millones de personas y está considerada como la primera causa mundial de discapacidad.
Y a pesar de la importancia de esta enfermedad, en España solo hay seis psicólogos clínicos por cada 100.000 habitantes, cifra que es tres veces inferior a la de la Unión Europea. Es por ello que las listas de espera para acceder a atención pública especializada oscilan entre uno y tres meses para la primera consulta. Y no todo el mundo se puede permitir sesiones privadas, aun así, a las consultas privadas llegan tal cantidad de pacientes que no siempre podemos atender.
¿Qué es y cómo afecta tener depresión?
La depresión es una enfermedad o trastorno emocional que afecta a todos los niveles de la vida de la persona que lo sufre. Ésta se ve inmersa en una tristeza continua, se muestra apática para realizar actividades cotidianas y diarias. También sufre cansancio continuo, trata de aislarse, tiene trastornos del sueño y del apetito, falta de concentración y puede llegar a sufrir ansiedad e incluso pensamientos extremos relacionados con la muerte.
La depresión se presenta en distintos grados, y requiere atención médica especializada para su oportuno diagnóstico y tratamiento. Además, si no se trata a tiempo y de forma adecuada puede llegar a convertirse en una enfermedad crónica y grave.
Los psicólogos venimos observando que es una de las enfermedades que más ha aumentado en los últimos años. Tanto que España se ha convertido en el cuarto país europeo con más casos de depresión diagnosticados.
¿Qué causa la depresión?
Existen múltiples causas por las que una persona puede caer en un episodio de depresión. Algunas de ellas:
- La muerte de un ser querido
- Problemas de salud
- Problemas familiares
- Dificultades financieras
- Haber sufrido eventos traumáticos
- Estar sometido a un elevado nivel de estrés
- Pasar por un cambio importante en la vida
Tipos de depresión
Existen diferentes tipos de depresión y todos ellos precisan atención especializada por parte de un profesional. Algunos de los más comunes son:
Trastorno depresivo grave: es considerado como el más severo, ya que se prolonga en el tiempo. Afecta al apetito, al sueño y a la concentración.
Trastorno depresivo persistente o distimia: es un tipo de depresión moderada que genera pérdida de interés en las actividades cotidianas, baja autoestima, inapetencia, falta de energía y de concentración.
Depresión postparto: se diagnostica en las primeras semanas tras el nacimiento del bebé y tiene como síntomas el insomnio, irritabilidad, desapego con el bebé o pérdida de apetito.
¿Por qué se celebra un día como hoy?
Con la proclamación del Día Mundial de Lucha contra la Depresión se pretende sensibilizar, orientar y prevenir a la población a nivel mundial sobre esta enfermedad, cuyas cifras aumentan de manera gradual y desproporcionada en el mundo, más si cabe a raíz de la pandemia del Covid.
Learn MoreEl intento de suicidio entre adolescentes crece tras la pandemia
Hace unos días os compartía por Redes Sociales un artículo que publicaba XL Semanal sobre el suicidio en adolescentes tras la pandemia. Según datos de la Fundación ANAR, con el confinamiento, los intentos e ideación de suicidio en adolescentes se incrementaron un 9%. Una triste realidad por la que están pasando muchas personas en nuestro país, que la COVID-19 ha agravado. Ha creado las condiciones de “tormenta perfecta” e incrementado el riesgo de conductas suicidas.
Según los últimos datos publicados por el INE (últimos disponibles hasta ahora) en 2020 en España se ha incrementado la muerte por suicidio un 7,4%. El total de fallecidos asciende a 3.941, es decir 11 cada día, de los que un 74% son hombres (2.938) y un 26% mujeres (1.011).
Además, las tentativas suicidas se han doblado en algunos casos, como el de los adolescentes. Es por ello que, en algunos hospitales, como los madrileños 12 de Octubre y Niño Jesús, han tenido que incrementar el número de camas destinadas a este tipo de pacientes.
Primeros signos
Los primeros episodios depresivos pueden surgir a los 8 ó 9 años, pero a raíz de la pandemia se ha añadido el riesgo de suicidio. Esta conducta se está dando en menores de 12 años con unas características comunes: son niños muy inestables emocionalmente.
Durante el tiempo que estuvimos en casa, sufrimos una reducción del contacto social y varias limitaciones. Y, a pesar de que ya hemos vuelto a la normalidad, hay personas que han desarrollado cuadros de estrés y sienten ansiedad tras lo vivido.
Estudios recientes señalan un incremento del 25% de la depresión y la ansiedad a nivel mundial. Las enfermedades mentales, especialmente la depresión, están detrás del 90% de los casos de suicidio. Ante esta coyuntura, se deberían revisar y activar los planes de prevención del suicidio. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha vuelto a recomendar que todos los países desarrollen planes multisectoriales, integrando acciones efectivas.
Ayuda
Para ayudar a todas estas personas que están pasando por una situación tan dramática, lo primero sería detectar el problema. Lo siguiente, ponerse en manos de un profesional.
Precisamente, para ayudar a estas personas, a sus familiares y allegados, el pasado mes de mayo, el Ministerio de Sanidad puso en marcha el teléfono 024 de ayuda contra el suicidio. Desde entonces, hasta julio, ha recibido 25.000 llamadas, de las cuales 433 eran suicidios en curso. Además, se realizaron 1.000 derivaciones al 112 por la gravedad de los casos, tal y como informaba la ministra, Carolina Darias, quien reconocía que la COVID-19 ha “exacerbado” los problemas mentales porque ha golpeado en las relaciones sociales, impidiéndolas.
Entre las personas que más piden ayuda a través de este número de teléfono se encuentran las mujeres y gente joven. Aunque, según la ministra, se ha detectado que hay un gran número de llamadas del profesorado que demanda información y pide pautas para saber interpretar cuándo un adolescente está en una situación delicada.
Por ello, ha anunciado que se comenzará a trabajar en la elaboración de códigos para detectar conductas de riesgo.
Quiero recordar que el 024 es una línea gratuita, accesible, inmediata y confidencial que está disponible las 24 horas del día, los 7 días de la semana, los 365 días del año. Al teléfono pueden llamar, tanto personas con conductas suicidas, como sus familiares y allegados, que son atendidos por expertos que intervendrán en el caso de ser necesario, en situaciones complejas de alto riesgo.
Además, el teléfono incluye un servicio de videointerpretación en lengua de signos, así como un servicio de interpretación telefónica que permite la comunicación con personas que hablan en otro idioma en tiempo real.
No dudes en utilizarlo si lo necesitas.
Learn MoreEl tecnoestrés, un trastorno que cada vez afecta a más personas
La tecnología en general, y el móvil, en particular, se han convertido en elementos esenciales, tanto en nuestra vida diaria como en el trabajo, que han venido a facilitarnos la vida. Sin embargo, en muchos casos nos hacen “esclavos”, dando lugar a un problema que cada vez afecta a más gente: el ‘tecnoestrés‘.
Es habitual ver a todo tipo de personas, especialmente jóvenes, con smartphone en la mano, caminando por la calle, en una sala de espera, en el bus, en el metro. Incluso estando en grupo, donde lo lógico sería mantener una conversación, podemos ver que cada uno está pendiente de su teléfono, mirando cualquier red social.
Este “apego” excesivo a la tecnología es lo que provoca el denominado ‘tecnoestrés’, que se define como el impacto negativo de las actitudes, pensamientos, comportamientos o fisiología corporal causado directa o indirectamente por la tecnología.
Y aunque lo han equiparado con una pandemia juvenil, afecta a gente de todas las edades. Se manifiesta a través de una necesidad imperiosa de adquirir las últimas novedades tecnológicas que salen al mercado o de estar manejando algún dispositivo tecnológico. Esto produce dispersión en la atención y puede llegar a provocar trastornos de concentración y de memoria.
A su vez, supone todo un reto en el campo de la psicología, ya que es una afección relativamente nueva, que cada vez afecta a más personas.
Afección entre los jóvenes
Como decimos, los principales afectados por esta alteración son los jóvenes, que se están convirtiendo en esclavos de la tecnología, sin la que ya no pueden vivir. Esto, de algún modo, está provocando su aislamiento y la aparición de ciertas alteraciones en el comportamiento de quienes lo sufren.
Una de ellas es la nomofobia, es decir, miedo irracional a estar fuera de contacto con el teléfono móvil o a no poder usarlo. Otra, la adicción al móvil, que es el mantenimiento de la conducta abusiva a pesar de las consecuencias adversas que conlleva.
Este tipo de alteraciones tiene efectos comunes, como ansiedad, nerviosismo, angustia, irritabilidad, pérdida de autoconfianza, falta de motivación en el trabajo o en las actividades habituales. También conlleva problemas en el rendimiento laboral y académico, conflictos en las relaciones interpersonales, dificultades de memoria y de concentración o alteración en la toma de decisiones.
Así, quienes sufren estas adicciones acaban en ocasiones por renunciar a otras actividades, sus relaciones sociales se deterioran y surgen problemas emocionales. Es ahí donde un buen psicólogo debería actuar para poner remedio al problema y que éste no vaya a más.
Digitalización laboral
El ‘tecnoestrés’ también puede tener su origen en el entorno laboral, dada la apuesta de las empresas por la digitalización de sus procesos y el uso de nuevas tecnologías. Esto hace que la mayoría de los trabajadores requieran de dispositivos electrónicos para el desarrollo de su actividad diaria.
Y aunque faciliten el trabajo y ayuden a optimizar el tiempo, su uso excesivo puede tener consecuencias negativas en los trabajadores. En este caso el ‘tecnoestrés’ viene provocado por el desajuste entre las necesidades de los trabajadores y los recursos realmente disponibles.
Es por ello que encontramos distintos tipos de ‘tecnoestrés’:
- La tecnoansiedad: la persona siente altos niveles de tensión y malestar por el uso presente, o futuro, de algún tipo de tecnología. Esta ansiedad lleva a la aparición de pensamientos negativos sobre la propia capacidad y competencia con la tecnología.
- La tecnofatiga: sentimiento de cansancio y agotamiento mental y cognitivo, provocado por el uso excesivo de la tecnología.
- La tecnoadicción: tecnoestrés específico debido a la incontrolable compulsión de utilizar la tecnología en todo momento y en todo lugar, durante largos periodos de tiempo.
Llegados a este punto, lo más normal sería ponerse en manos de un especialista. Éste nos ayudará a superar este tipo de trastornos, a desengancharnos de algo que está condicionando toda nuestra vida.
Pero también podemos intentar dar pequeños pasos por nosotros mismos, como intentar retomar actividades que no requieran el uso de la tecnología.
Learn MoreLos trastornos psicológicos más comunes
¿Sabías que más de un 25% de los españoles ha sufrido, sufre o sufrirá un trastorno psicológico? La crisis sanitaria provocada por el Covid-19 o la crisis económica son algunos motivos que están contribuyendo a que este porcentaje vaya a más. Y cada vez hay más gente que necesita ayuda profesional.
Pero antes de nada ¿Qué es un trastorno psicológico?
En este punto hemos de decir que no es fácil determinar qué es un trastorno psicológico. El Manual de Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V), señala que el término “trastorno mental” no puede ser determinado de una manera operativa para que pueda abarcar todas las posibles situaciones.
Pero para hacer que se entienda mejor, podemos decir que un trastorno mental o psicológico es una disfunción psicológica asociada con sentimientos de angustia, deterioro y reacciones que no se esperan según el contexto cultural. A ello hemos de añadir que un trastorno de este tipo puede manifestarse de innumerables formas, dependiendo de la persona que lo padezca.
Los más habituales en consulta
Son muchos los trastornos mentales o psicológicos que pueden sufrir las personas y que en Psicología MAVI tratamos en nuestra consulta. A continuación, repasaremos los más comunes.
Depresión: se trata de un trastorno mental caracterizado, principalmente, por un bajo estado de ánimo y sentimientos de tristeza constante, asociados a alteraciones del comportamiento y una pérdida de interés en realizar diferentes actividades.
Ansiedad: sentimiento de miedo, temor o inquietud que puede generar tensión en el cuerpo e incluso palpitaciones. Tener estos síntomas, de forma muy ocasional, podríamos considerarlo dentro de lo normal. Lo que no sería lógico es que éstos perduraran en el tiempo e interfirieran en nuestra vida diaria. De esto ya hemos hablado en profundidad en nuestro blog. Podéis leerlo pinchando aquí.
Trastornos de la conducta alimentaria: en este punto hablamos de hábitos alimenticios anormales que afectan negativamente a la salud física y mental de la persona que los padece. Los más comunes son:
Anorexia: tiene como síntoma más característico la distorsión de la imagen corporal. Las personas que lo sufren restringen la ingesta de comida, apenas comen, y lo poco que ingieren les provoca un intenso sentimiento de malestar. Además, realizar ejercicio físico excesivo.
Bulimia: las personas que lo sufren suelen ingerir alimentos de forma masiva y luego eliminar esas calorías a través de la inducción del vómito o el consumo de laxantes. Tras ello, se sienten tristes, de mal humor y pueden tener sentimientos de autocompasión. Es uno de los trastornos más comunes y está asociado a alteraciones en el cerebro.
Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH): tiene como síntomas principales la falta de atención, hiperactividad y comportamiento impulsivos. Y aunque los síntomas suelen aparecer en edades tempranas, suelen mejorar con el paso de los años. Afecta, principalmente, a niños y adolescentes.
Trastorno de la personalidad: en la persona que lo sufre genera malestar o dificultades en sus relaciones y en su entorno. Este tipo de trastorno suele tener su inicio en la adolescencia o al principio de la vida adulta.
Trastorno de pánico: es uno de los más habituales. Quienes lo sufren experimentan de manera súbita y repetitiva ataques de miedo intenso y malestar que alcanzan su pico en pocos minutos. Además, experimentan síntomas físicos como dolor en el pecho, palpitaciones o incluso dificultad para respirar.
Estos trastornos son solo un ejemplo de los muchos que hay. Si sientes alguno de ellos, en Psicología MAVI estaremos encantados de ayudarte.
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