La línea de vida
¿Has oído hablar de la línea de vida?
Es una técnica que utilizamos en psicología para ayudar a nuestros pacientes a conocerse mejor.
Se trata de una recapitulación de acontecimientos, vivencias experiencias que te ayudarán a entender tu propia historia.
Es importante destacar que la línea de vida no sirve para juzgar o arrepentirnos de nuestras decisiones. Sirve para comprender por qué tomamos un camino concreto en un momento dado y qué rumbo queremos seguir de ahora en adelante.
¿Cómo realizarla?
La línea de vida (dibujarla te ayudará a visualizar mejor) es una representación de tu historia, desde que naciste hasta la actualidad. En ella has de situar, cronológicamente, momentos importantes por los que has pasado, cambios relevantes, experiencias, historias que te hayan marcado. E incluso puedes incluir proyecciones de futuro.
Coge papel y boli y dibuja una línea recta. El inicio de esa línea será el momento de tu nacimiento.
Marca también el momento actual.
A partir de ahí echa la vista atrás y ordena, cronológicamente, momentos importantes en tu vida (nacimientos, bodas, fallecimientos…).
Marca también momentos que han significado un cambio en tu vida (final de tus estudios, inicio de tu vida profesional, un viaje…).
Has de señalar también momentos que han significado un punto de inflexión en tu vida, tanto para bien como para mal.
Y a partir del punto que has marcado como el actual, intenta hacer una proyección de futuro, de cómo crees que será tu vida a partir de ahora.
Análisis
Una vez hayas descrito todo lo anterior deberás tomarte tu tiempo para analizar y reflexionar esos momentos que has marcado como importantes, lo que significaron para ti y cómo los afrontaste.
También servirán para analizar y gestionar las diferentes emociones asociadas a cada momento, y también las que no hemos gestionado de manera consciente.
Con esta técnica, podremos entender varias cosas:
La visión que tenemos de la vida.
Nuestras prioridades.
Qué recuerdos conservamos de la infancia y cómo han podido influir en el presente.
Cuántos cambios hemos realizado a lo largo del tiempo y cuáles han sido sus características.
Cómo vivimos en la actualidad y cómo nos planteamos el futuro.
Y tal y como hemos destacado anteriormente, esta técnica no sirve para juzgar lo que hemos hecho a lo largo de nuestra vida. Sirve para conocer o comprender las razones por las que hemos ido en una dirección y qué rumbo queremos seguir de ahora en adelante.
Learn MoreLos beneficios psicológicos de viajar solo
Es algo que todo el mundo debería experimentar alguna vez en la vida.
Hablamos de viajar solo.
Antes de continuar, queremos romper el mito de que se viaja solo por no tener amigos o no tener con quien ir. Esto es falso, ya que mucha gente decide viajar sola como una experiencia más.
Y cada vez son más las personas que se animan a ello. La mayoría coinciden en lo mismo: es una experiencia maravillosa. Hay quienes incluso lo califican de experiencia transformadora.
Llevada al campo de la psicología, los psicólogos hemos comprobado que viajar sin compañía tiene múltiples beneficios para la salud mental.
Las primeras veces que se opta por este tipo de turismo pueden surgir ciertos miedos e inseguridades, pero una vez te lanzas, consigues aumentar la confianza y la seguridad en ti mismo.
Emprender este tipo de viaje también te permite ser más consciente de tus propias fortalezas, a la vez que supone una oportunidad para crecer como persona y sentirse realizado.
Otro punto positivo es que, al no tener compañía, no surgen conflictos, ya que no hay que estar pendiente de las preferencias y opiniones de nadie. El ritmo, los horarios y los lugares que visitar los escoges tú.
También es una magnífica ocasión para conocer e interactuar con otras personas. Y al mismo tiempo desconectar de forma inmediata de la rutina. Al no estar pendiente de los otros, del trabajo ni de los quehaceres diarios, la ruptura con tu día a día es total.
Viajar solo te ayuda a abrir la mente, aumenta tu capacidad de aprendizaje y te ayuda a ver el mundo con otra perspectiva.
Te invita a la reflexión, a encontrarte contigo mismo. Te muestra dónde están tus límites y cómo superarlos. Te proporciona mayor control sobre tu vida.
Además, te permite ser más autosuficiente, comprobar que eres capaz de sobrevivir sin la ayuda emocional y física de los demás.
Y a través de esta experiencia es muy probable que te vuelvan más independiente y esto es siempre positivo.
Learn More¿Nada te hace feliz? Sabemos lo que te pasa y tiene solución
¿Sientes que nada te hace feliz o que no disfrutas con nada?
Si es así quizás te interese saber que eso tiene nombre: anhedonia.
La RAE lo define como: Incapacidad para sentir placer.
Yo añadiría también que es la dificultad que tiene una persona para sentirse bien con las cosas que le gustan o le emocionan.
No está considerado en sí mismo como un trastorno, sino que es un síntoma que se presenta en algunos trastornos emocionales y psiquiátricos, como puede ser: la depresión, la demencia, la anorexia, la esquizofrenia o las adicciones.
También puede deberse a un efecto secundario de algunos medicamentos.
Las personas con anhedonia pierden el interés por las actividades que solían hacerles felices, se aíslan socialmente.
Causas
Desde el punto de vista fisiológico, una de las principales causas de la aparición de la anhedonia se debe a una alteración cerebral que impide la producción y liberación de dopamina.
La dopamina es una sustancia química que se encuentra en el cerebro y que tiene como acción principal generar sensaciones de placer.
En situaciones depresivas o de un gran estrés o ansiedad, el cerebro se bloquea y es incapaz de generar esta sustancia.
Así, no podríamos decir que existe una sola causa, sino que existen multitud de factores que lo puedan desembocar. Aunque bien es cierto que la depresión, la esquizofrenia y las drogas son las principales causantes de la anhedonia, sobre todo cuando esta es generalizada y afecta a todas las actividades de nuestra vida.
Síntomas
Para identificar esta afección es necesario conocer sus síntomas. Algunos de ellos son:
- Desmotivación o pérdida de interés por las actividades del día a día, así como por cosas que antes sí interesaban o emocionaban a la persona.
- Cansancio y falta de energía.
- Baja autoestima por no ser capaz de actuar como antes lo hacía.
- Dificultad para pensar, concentrarse y decidir.
- Aislamiento social.
- Cambios en la conducta alimentaria.
- Pérdida de la libido o la falta de interés en la intimidad física.
- Alteraciones del sueño.
Tratamiento
Para aquellos que crean que pueden sufrir anhedonia lo más recomendable es ponerse en manos de un profesional de la psicología que realice una evaluación psicodiagnóstica y así poder conocer las causas de su origen.
Ese origen puede deberse a un tipo de trastorno de base o a causas exógenas, como puede ser un problema laboral, familiar, sentimental, etc., y en función del mismo, el profesional tratamiento abordará el tratamiento más adecuado.
Learn More¿Qué son las ganancias secundarias en psicología?
¿Has oído hablar de ganancias secundarias en psicología?
Es uno de los motivos por el que muchos procesos terapéuticos no avanzan o incluso provocan que los pacientes abandonen la terapia.
Las ganancias secundarias son actitudes de las personas que resultan dañinas, desagradables o perjudiciales para ellas mismas. Sin embargo, se aferran a ellas porque les generan un “beneficio”.
Dicho beneficio puede ser de protección, atención, apoyo, comodidad… y debido a lo que eso genera, la persona que lo “sufre” no quiere dejar atrás el problema y evita así mejorar.
Los psicólogos lo vemos en consulta de forma habitual y en ocasiones, cuando lo hablamos con nuestros pacientes, resulta un tema delicado. Y es que, cuando preguntamos qué cosas positivas les aporta el trastorno que les ha traído a terapia, la respuesta habitual es que no hay nada positivo en ello.
De hecho, no son conscientes, en la mayoría de los casos, de que se están aferrando a un problema por lo “positivo” que sacan de él.
Sin embargo, ahondando en el tema, vemos que detrás de muchos de esos problemas psicológicos, están esas ganancias secundarias. Éstas generan una resistencia al cambio y hacen que el problema no se solucione y se prolongue en el tiempo.
Ventajas de las ganancias secundarias
Algunas de las ventajas que extraen los pacientes de las ganancias secundarias pueden ser:
Atención, protección o cuidados de personas importantes para el paciente, al que le puede ocasionar miedo que, una vez superado su problema psicológico, dejen de prestarle la atención que necesita.
Evitar responsabilidades. Ocurre cuando el problema que tiene un paciente le permite eludir una responsabilidad.
Alimentar el rol victimista. Se da en personas que no son capaces de expresar directamente sus necesidades o de pedir algo que desean. A través de sus problemas psicológicos obtienen atención, compasión o la ayuda que necesitan y no se atreven a requerir.
Evitar la culpabilidad o las críticas por pedir favores a los demás, respaldándose en el malestar que están experimentando.
Dejar de tener la necesidad de atender a los demás. Ocurre en personas que desempeñan el papel de “cuidador”, que siempre están pendiente de los demás. En este caso, al tener un problema psicológico se dan el permiso de mirar por ellos mismos.
Autocastigarse: se da en pacientes que han alimentado la culpabilidad y tienen el sentimiento de no merecer que les pase cosas buenas como estar bien, ser feliz, tener salud…
Castigar a otra persona: ocurre en relaciones complicadas donde una persona puede llegar a sentir que “el hecho de que ahora tengas que cuidarme es algo que me debes”.
Con todos estos ejemplos podemos ver que las ganancias secundarias complican la solución de los problemas psicológicos. Por ello, se hace necesario, en la mayoría de los casos, la ayuda de un profesional que ayude al enfermo a detectar lo que inconscientemente le impide evolucionar y solucionar dichos problemas.
Si crees que podrías encontrarte en una situación así o sabes de alguien que pueda estar atravesando por ello, no dudes en solicitarnos ayuda. Estaremos encantados de poder ayudarte.
Learn MoreMotivación y disciplina ¿Iguales, distintas o complementarias?
Antes de responder a esta pregunta vamos a ver cómo las define la Real Academia de la Lengua (RAE)
Motivación: conjunto de factores internos o externos que determinan en parte las acciones de una persona.
Disciplina: doctrina, instrucción de una persona, especialmente en lo moral.
Aparentemente no tienen nada en común, sin embargo, hemos de decir que ambas son complementarias para que las personas alcancen un objetivo.
Vamos por partes.
La motivación se refiere a un aspecto más emocional, es la que nos hace dar el primer paso, nos empuja a sostener una acción, es la que nos mueve a realizar determinadas acciones y persistir en ellas para su culminación.
La neurociencia explica que esta emoción positiva se traduce en la liberación de dopamina en el cerebro, lo que nos hace sentir bien y nos impulsa a tomar acción. Pero esto es algo temporal y variable.
Podemos decir que la motivación es el punto de partida, pero no debemos depender exclusivamente de ella para mantenernos en el camino hacia nuestros objetivos.
Y ahí es donde entra la disciplina, que atiende más a lo racional, es la que nos hace seguir adelante. Nos ayuda a ser constantes en nuestras acciones, a superar la resistencia interna y a mantener el enfoque a pesar de las distracciones o los obstáculos que puedan surgir.
Podríamos decir que la disciplina es el combustible que mantiene en marcha el motor de la motivación.
Si volvemos a la neurociencia, cabría decir que la formación de hábitos y la repetición constante de acciones crean conexiones neuronales más fuertes en nuestro cerebro. Esto nos permite mantenernos enfocados y avanzar a pesar de los desafíos y las fluctuaciones en nuestra motivación.
En definitiva, la motivación es lo que te empuja a empezar y la disciplina lo que te hace llegar hasta el final.
¿Habías reflexionado antes sobre estos conceptos y cómo se complementan?
Learn MoreAdicciones y salud mental
Ansiedad, depresión e incluso esquizofrenia. Éstos son algunos de los trastornos que sufren las personas adictas a sustancias como el alcohol, las drogas, o a comportamientos como el juego.
La adicción es una enfermedad crónica y compleja que afecta al funcionamiento de nuestro cerebro y al comportamiento de una persona. Se caracteriza por la búsqueda compulsiva y el consumo de una sustancia o la realización de una actividad, a pesar de las consecuencias negativas que pueda acarrear.
Además, la persona que sufre o padece este tipo de adicciones no es el único perjudicado. Sus conductas suelen afectar también, y mucho, a su entorno familiar y social. Y son éstos, su entorno, quienes en muchas ocasiones tienen que animar a la persona que lo padece a acudir a consulta con un psicólogo para su tratamiento.
¿Cómo afectan psicológicamente las adicciones?
Las adicciones a sustancias como el alcohol y las drogas alteran la química cerebral y afectan negativamente el equilibrio emocional. En este caso, puede desencadenar en depresión o en ansiedad. Y para su recuperación, además de abstinencia, es necesario aprender a gestionar las emociones con la ayuda de un profesional.
Otra de las adicciones que está aumentando es la adicción a la tecnología, a videojuegos, al móvil. En este caso, quien lo sufre puede padecer ansiedad social, nerviosismo o dificultad para concentrarse.
El proceso de desintoxicación puede ser un desafío. Sin embargo, es un paso necesario en el camino hacia la recuperación. En este proceso no se trata solo de desintoxicar el cuerpo, sino también la mente.
El apoyo en la salud mental durante la desintoxicación es fundamental para garantizar la recuperación. Este apoyo puede incluir terapia cognitivo-conductual, recibir apoyo psicológico e incluso la participación activa en grupos de apoyo también ayuda en la recuperación.
La terapia individual ayuda a la persona a identificar y abordar los factores emocionales y psicológicos que contribuyeron a la adicción, así como a desarrollar habilidades de afrontamiento saludables.
Por su parte, la terapia grupal proporciona un espacio de apoyo y comprensión mutua, donde los individuos pueden compartir sus experiencias y aprender unos de otros.
La prevención, fundamental
Antes de finalizar este artículo diré que si hay algo fundamental en la gestión de las adiciones es la PREVENCIÓN.
Educar desde edades tempranas sobre los riesgos y las consecuencias que tienen los comportamientos adictivos es clave para reducir la incidencia de estos problemas en la sociedad.
Learn More“Hay que educar a los hijos para que sean independientes y empoderados”
“En esta vida debemos criar a los hijos que hemos tenido, no a los que desearíamos haber tenido”.
Esta es una frase que tengo muy presente como madre y como psicóloga.
Considero que hay que educar a los hijos para que sean independientes, empoderados, para que tengan capacidad de decisión.
Y a los padres, no les queda más opción que aceptar esas decisiones que tomarán sus hijos a lo largo de su vida. Les gustarán más o menos, pero podrán tener la conciencia tranquila de que han plantado la semilla en su educación para que, en esa capacidad de decisión, escojan la mejor opción.
Fomentar la autonomía y evitar la sobreprotección
Todo padre tiene el deseo de que a sus hijos no les falte nada, y en eso se puede cometer el error de sobreproteger. Debemos fomentar su autonomía desde pequeños, ayudarles a ser independientes para que crezcan siendo personas seguras de sí mismas. Y ese es un trabajo que hay que hacer desde el núcleo familiar, en casa.
Por eso quiero abordar algunas pautas que pueden servir a los padres a ayudar a que sus hijos sean independientes y ganen seguridad y confianza en sí mismos:
Asigna responsabilidades: trabaja su autonomía y crea rutinas simples y fáciles para ellos, como recoger la mesa, hacer deberes o lavarse los dientes. Así, aprenderán y asumirán que ellos también tienen tareas y que los padres no pueden hacer todo por ellos.
Alimenta su autoconfianza, haciéndoles saber que son especiales e inteligentes, que poseen talento y que, con esfuerzo, pueden lograr todo lo que se propongan. Hay que evitar permitirles todo y aplaudirles por cada cosa que hagan, ya que de ser así podrían acabar siendo personas egocéntricas.
Motívalos a explorar: los niños pequeños tienen muchas ganas de descubrir el mundo y esto no debe de ser cohibido. Debemos dejarlos que exploren y experimenten, vigilando su seguridad en todo momento, eso sí, y estableciendo límites para que no puedan hacerse daño, pero alentándoles a explorar el mundo más allá de la protección que les brindamos. Esto ayudará a los niños a ser más autónomos.
Establece límites: para que lleguen a ser personas autosuficientes es fundamental un mínimo de disciplina. No se puede tolerar cualquier conducta y lo ideal es mantener un equilibrio entre flexibilidad y firmeza. Así crecerán como seres seguros, alegres y responsables.
Conversar y mantener una comunicación fluida con los niños ayuda a fomentar su autonomía. Hay que mostrarles que su opinión es interesante y válida.
Fomenta su toma de decisiones como base del pensamiento crítico. Ayudarle o permitirle que tome pequeñas decisiones le permitirá entender las consecuencias de sus actos y aprender, siempre que no suponga ningún riesgo para su seguridad. Habrá en ocasiones en los que habrá que imponer límites, pero siempre bajo una explicación para que puedan entenderlo.
Debemos hacerles sentir que su opinión es valiosa para nosotros y su entorno en general. Cuando debamos asignarle las distintas responsabilidades, hagámoslo a través de una conversación respetuosa y cálida. Expongamos con claridad los motivos de las decisiones que tomamos y preguntemos su opinión.
Learn MoreSomos Mediadores en Gestión de Conflictos Familiares
En Psicología Mavi apostamos por evolucionar en nuestra formación para no quedarnos estancados en la ayuda que podamos prestar. Por eso, damos un paso más y ya podemos ejercer como Mediadores en Gestión de Conflictos, gracias a los estudios habilitantes necesarios y obligatorios que hemos realizado.
Esto nos permite registrarnos como mediadores tanto a nivel del Ministerio de Justicia, como de las Comunidades Autónomas y poder desempeñar este nuevo trabajo, progresando en nuestra carrera profesional, con el fin de seguir ayudando a quienes nos necesitan.
Y como mediaciones hay muchas, hemos decidido centrarnos en la Mediación en la Gestión de Conflictos Familiares. Eso implica ayudar a resolver problemas relacionados con separaciones o divorcios, el uso de la vivienda, el reparto de bienes y deudas, herencias, custodia o manutención de hijos.
¿Qué es un Mediador y cuál es su trabajo?
Un Mediador es un profesional que facilita el diálogo entre las personas. En nuestro caso, desde Psicología Mavi trabajaremos con familias y/o parejas, que tienen un conflicto.
Nuestra figura será neutra e imparcial y nos encargaremos de ayudar a resolver ese conflicto de la mejor manera posible para las partes implicadas.
Es importante saber que el Mediador no juzga, no busca culpables e inocentes y tampoco puede decidir quién lleva razón o no.
Para ello, explicaremos y ayudaremos a comprender el origen de las diferencias familiares que han surgido y profundizaremos en las causas de lo ocurrido. En este caso, es necesario confrontar sus visiones y vivencias y así poder encontrar soluciones viables, sin tener que llegar a la instancia judicial.
Nuestro objetivo como Mediadores será conseguir acuerdos duraderos, igualitarios y sin problemas para el futuro de las personas, especialmente menores, implicados en el conflicto.
¿Qué funciones de tiene un Mediador?
El Mediador nunca llega a tomar una decisión para resolver el conflicto familiar. Deberán ser las partes implicadas las que, con su ayuda, resuelvan sus problemas.
Sin embargo, el Mediador jugará un papel fundamental gracias a las funciones que desempeña y que son las siguientes:
- Ayuda a las partes implicadas a identificar los temas conflictivos sobre los que se basará la mediación y determina las áreas de acuerdo preexistentes.
- Promueve conductas cooperativas y facilita la búsqueda de acuerdos.
- Establece una serie de normas de interacción para que las partes puedan confrontar sus diferencias desde el respeto mutuo y la empatía.
- Contribuye a eliminar los bloqueos en el proceso y los malentendidos para facilitar la comunicación. Así, en caso de que el diálogo se aleje del objetivo, el Mediador se encarga de encauzar el diálogo, animando a las partes a buscar soluciones.
- Se encarga de que cada una de las partes implicadas muestre su punto de vista sin ataques y sin que se generen nuevos problemas, tratando de mantener una actitud positiva.
- Genera un clima de confianza que anima a las partes enfrentadas a sugerir alternativas que lleven hacia la solución del problema.
- Facilita la toma de decisiones, aportando realismo a la situación y ayudando a los implicados a elegir una solución viable a su conflicto.
Síndrome del Nido Vacío ¿Qué es y cómo superarlo?
En muchas familias, cuando los hijos se van de casa a estudiar o por motivos de trabajo, los padres experimentan un conjunto de emociones y sentimientos que en psicología llamamos el Síndrome del Nido Vacío.
Se trata de una respuesta emocional que tienen los progenitores ante la ausencia de sus hijos en el hogar.
De acuerdo a las características de la personalidad que posea cada persona, este síndrome se puede experimentar de una forma u otra. Lo más común es que los padres experimenten un sentimiento de tristeza, anhelo, pérdida y dolor al ver a sus hijos “volar”, al ver que han crecido y que ya no les necesitan.
En realidad, el Síndrome del Nido Vacío no deja de ser un duelo. Y como todo duelo tiene sus etapas que son: negación, ira, negociación, depresión y, finalmente, aceptación.
Su duración dependerá de ese proceso de duelo. Así, cuando más se aferren al pasado, al recuerdo del hijo que ha crecido y ha hecho su vida, más se tardará en superarlo.
Hay quienes lo sufren unas semanas, a otras les dura algunos meses y habrá quienes estén incluso años con este sentimiento. Una manera de ayudarse a uno mismo es abandonar la comodidad de los recuerdos vividos y centrarse en el presente.
¿Cómo superarlo?
Hay pequeñas cosas que se pueden hacer en el día a día para que así, quienes sufren este síndrome, lo lleven lo mejor posible. A continuación enumero algunas de ellas:
- Prepararse para la llegada de ese momento, tarde o temprano llegará el día en el que los hijos sean independientes.
- Alegrarse por ello, por haber logrado esa independencia.
- Reconocer la pena: es normal echarles de menos cuando se marchan.
- No perder el contacto a través de visitas, llamadas, mensajes. Aunque el hijo se vaya de casa el vínculo afectivo no debería perderse.
- Aprovechar para vivir nuevas experiencias, hacer cosas que antes, con el cuidado de la familia, no podías hacer por falta de tiempo.
- Impulsar la relación de pareja o buscar una nueva.
- Fomentar las amistades que se hayan podido quedar deterioradas por centrarse en el cuidado de los hijos.
Y en caso no ser capaz de llevar a cabo estas recomendaciones y de que ese sentimiento de tristeza se prolongue demasiado en el tiempo, no hay que dudar en pedir ayuda a un profesional para aprender a gestionar ese sentimiento, tratar aquellas cuestiones que te hacen sentirte mal y así poder vivir con mayor tranquilidad y equilibrio emocional.
Learn MoreAtiquifobia o miedo al fracaso
Es algo más común de lo que nos pensamos y la mayoría de las personas lo han sufrido en algún momento de su vida. Hablamos de atiquifobia, que no es más (ni menos) que el miedo a fracasar.
Suele ser habitual querer tener éxito y no fracasar. En este caso, el miedo puede ser positivo ya que nos ayuda a superarnos y a prevenir consecuencias negativas. Sin embargo, cuando este sentimiento se vuelve irracional y extremo, puede impedirnos llevar a cabo nuestros objetivos por el miedo a que no salga como esperamos.
Es entonces cuando se convierte en un problema. Dejamos de hacer cosas que solíamos hacer o evitamos exponernos a situaciones nuevas simplemente por el hecho de fracasar.
Orígenes de esta fobia
El origen de la atiquifobia puede venir a través de diferentes factores.
Hay quienes lo sufren motivado por traumas vividos en el pasado, en el que el fracaso ha estado muy presente.
También lo sufren personas con baja autoestima, que tienen una imagen negativa de sí mismas y que hace que piensen que no pueden o no se ven capaces de hacer determinadas cosas. Esto les lleva a evitar situaciones por miedo a fracasar.
Entre las personas perfeccionistas también suele ser común esta fobia, ya que su autoexigencia les lleva a tener pensamientos catastrofistas.
Del mismo modo, aquellos que tienen o han tenido padres exigentes y autoritarios han aprendido a ganarse su afecto a través de los buenos resultados y no pueden permitirse fallar. La autoexigencia empieza a ser una forma de vida y comienzan a tener miedo de fracasar por no complacer a sus padres. En este caso, los niños se ven obligados a tener éxito y por eso se muestran inseguros.
Quienes prefieren pasar desapercibidos, el éxito se convierte en un miedo horrible. Para estas personas, ser exitosas implica tener que salir de su zona de confort y realizar muchos cambios. Es por eso que evitarán implicarse en cualquier situación que pueda conllevar éxitos y lo acusarán al miedo al fracaso, aunque el miedo real es al propio éxito.
Por último, la sociedad actual tampoco favorece a quienes sufren esta fobia, ya que se fomenta la perfección y la autoexigencia en todo momento, y especialmente a través de las redes sociales. Por eso, hoy en día el miedo al fracaso es más común de lo que nos pensamos y afecta a muchas personas.
Cómo evitar el miedo al fracaso
Aunque pueda parecer complicado, para evitar el miedo al fracaso hemos de interiorizar una serie de aspectos:
- Hay que pensar que el hecho de que las cosas no salgan como esperamos no convierte a nadie en un fracasado y equivocarse una vez no significa que siempre nos vayamos a equivocar.
- Podríamos decir que el fracaso en sí no existe, existen las experiencias que pueden salir bien o de las que puedes extraer una lección. Lo importante es intentarlo y no quedarse con las ganas por miedo.
- El hecho de que haya ido mal en otras ocasiones no significa que vaya a volver a pasar lo mismo.
- No hay que anticiparse a las situaciones, hasta que no hacemos algo no sabremos sus consecuencias.
- Debemos evitar compararnos con los demás, ser conscientes de nuestras capacidades y ponernos metas que podamos cumplir.
Y en caso de que la situación se vaya de las manos, no dudar en pedir ayuda a un psicólogo que nos ayude a superarlo. Durante el proceso psicoterapéutico se puede descubrir el verdadero origen de la fobia para superarla.
¡Y no dejes pasar las oportunidades por miedo a fracasar!
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